martes, 19 de octubre de 2010

Digo

Para tu boca

de miel y de pájaros.

Para tus brazos

hondos, como mares.

Para tu piel de río

y tus ojos de hierba

y a veces,

de tormenta.

Para tus manos buenas

como panes,

mi corazón mineral

descubre su brillo

en tu torrente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario