martes, 19 de julio de 2011

El Blues sadomasoquista/ Manuel Puig



Querida/o... vuelvo otra vez a conversar contigo la noche... trae un silencio que me invita a hablarte y pienso... si a ti acaso te interesarían.. lo sueños tristes de mi Nueva York extraño. Querría... que este relato te interesase. Me temo. .. que es un crimen lo que está pasando. Por eso... grabé esta voz en una noche oscura, la voz de un hombre que perdió su alma. Estaba... muy embozado yo a la salida del bar... que peor fama tiene aquí hoy día. Me puse... una escafandra para evitar contagios y osé... hacer preguntas al primer viandante. RESPUESTA (fondo de rock punk punkponk-pónk-punk-punk-ponk-pónkpónk): "Soy una mariquita de Pensilvania. Mariquita, tu madre. Estos músculos de acero y este bigotazo, camisa abierta hasta el ombligo y raspo al mundo con mi pelo en pecho. ¿Y el resto del equipo, qué? Sí, mariquita, me lo han dicho, si están de a tres, y mi padre, el viejo perro, aunque esté solo. Y si yo no estoy lo dicen todos. Hay valientes todavía. El bus nuevo hoy me frenó delante. Me leyó las ganas perras de venirme a Nueva York el negro inmundo que se lo trajo zumbando en dos medas. ¿Por qué lo voy a negar? Nunca había venido a este bar, pero me lo habían dicho: nada peor, nada más bajo. más de moda, nada que te ponga a prueba las agallas de macho como esta letrina inmunda, Y era cierto. Hay que ser macho para aguantárselas. El que es macho... aunque le guste otro macho, macho queda, ¿lo discutimos? Con navaja se discute, o nada. Ah, ya, tiene la mano ocupada con la grabadora. Sí, hay valientes todavía. Y cuando entré no veía ni a madre por la oscuridad. No, no a un cordero colgando del techo, lo habían colgado de las manos, a un flojo, aun blando, que le gusta el toque sexy de un cadenazo bien dado, con furia. Y dicen que mejor todavía es lo que se oye, el ruido de un hueso al romperse. Y algún otro cordero pide látigo, látigo filoso que abra el cuero blando y podrido que no merece ni espera más que su castigo. Esa terrible paliza que el padre perro le dijo que iba a darle se la dan por fin. Basta de miedo de que si le pega hoy, ¿o mañana? ¡No! ¡Ya! Así no tiembla más. Si el viejo perro me pega ahora ya no me va a pegar, si me porto mal me dan la paliza, pero una sola, y después un beso y una caricia, que estoy perdonado. Y el viejo perro con la última cerveza se cae, mi madre la perra le da una patada en el suelo y no lo besa ni lo acaricia. Después de una paliza la vieja perra me abraza: ay niño travieso de mami, nunca más le metas el dedo en la cosita a la nena de al lado'. Y al hermano no le tiro del pirulín. En la sala del fondo, la oscura, del bar, los muchachos están desnudos y a uno le están pegando y un japonesito ha encendido un cerillo para ver mejor y ha buscado en el piso sus gotas de sangre. Y a uno le están metiendo en el cuerpo un puño entero, quieren también que le entre la mitad del brazo. Y están desnudos pero no excitados, cuelgan sus carnes tristes, olvidadas, porque este alimento es para el espíritu, que pide más dolor, siempre más. Porque de todos los pecados somos y seremos culpables, por tirar fuerte del pelo a la nena de al lado que no quiere mostrarme lo de entre las piernas, pero el hermano sí. Y las nenas se rompen, como las muñecas, si me pongo bruto, y juego de manos juego de villanos. Y mi viejo, ahí sí, más que pegar me mata. Y hay que ser muy macho para aguantarse estos cadenazos, y el látigo de hoja filosa, y el puño y el brazo. No le tengo miedo a nada, yo me aguanto todo: puño, cadenas, brazo, látigo filoso. Son las muñecas las que se rompen, pero no voy a encender cerillos para buscar mis gotaides. Y esta noche no veo TV, me pierdo el programa, el de los chicos brutos de laescuela en Brooklyn, iguales de brutos y guapos que yo. Y más tarde que se guarden el programade los que hablan, que usted verá seguro, porque discuten y todos son viejos amargos, feos, canosos. Y quieren cambiar el mundo, y dale con el socialismo y el aborto, y con que las maricas son también gente y los derechos humanos, sí, mañana. Porque el mundo va a ser siempre igual, en eso sí tiene razón mi madre la perra. Y mi padre el perro eructa la cerveza más fuerte que ninguno que yo haya oído. Y me aguanto que me estén haciendo todo lo que me hacen, por macho que soy. Y ése es el olor de los que se hacen orinar encima. Pero yo no, hoy no. La próxima vez le meo encima a alguno. 0 ahora. ¿Y usted sabe una cosa? Me vinieron ganas. Y ahí en el fondo oí a uno que tenía el mismo acento de usted, de latino, del subdesarrollo, y me pidió que le meara encima. Y mientras le meaba el mestizo inmundo acercó un cerillo a la pared y había escrito algo en letras que no eran las de acá, y le pregunté qué eran. Y así contestó: 'Querido... con mucho gusto te he de explicar todo, no temas... soy loca culta aunque mexicana. Aquí... en tierra tuya yo soy despreciada, ya que... en vez de John Wayne aspiro a ser mi madre. Te explico... las locas de un país machista, no pueden ... con un déspota identificarse, por eso... doctoras somos en el sufrimiento, graduadas ... en la Universidad de Libertad Lamarque. Nos gusta... también Sarita, pero no osamos ser golfas... pues nos trae culpa. Y traduzco: ESTA INSCRIPCIÓN TE PIDE PERPETÚES, SEA COMO SEA ... CASTIGOS Y DOLORES, LOS OJOS ... QUE ENTRE TINIEBLAS TODO LO VISLUMBRAN, LOS OJOS... QUE PETRIFICAN A QUIEN SE REBELA, EN TI HARÁN BLANCO SI NO TE FLAGELAs. Querido ... en estos tiempos deliberaciones, ¡cautela!... porque liberación sólo la da el castigo, el miedo... que sientes de las autoridades, sólo se calma... si te infligen aun más iniquidades. Entonces... te agradezco que asi me degrades, Iglesia... y dictaduras de derecha a izquierda saludan... tu advenirniento a este antro de goce. Y eso es todo... periodista inmundo, vaya a contarle esto a su puta madre, que si quiero también yo hablo en verso. Me vuelvo... a mi Pensilvania, pues ya gocé lo que gozar se pudo, y allá me esperan... para que les diga, lo que en la urbe se ha puesto moda”. 
 
"The Sadomasoch Blues." Estertores de una década. Nueva York 78. Editorial Seix Barral.

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