jueves, 16 de septiembre de 2010

La casa

La casa es ahora
un fantasma vencido,
y dos árboles
que nos vieron crecer en su sombra.
Su blancura oxidada gotea
humedades grises,
y los pasillos y escaleras manchados
parecen enfermos.
Hay cajones de pasado en el ropero,
puertas que ya no cierran como antes,
baldosas flojas
y un jazmín que guarda el recuerdo.
La casa queda vacía.
Los árboles en cambio,
cuidan los gorriones que ya
no nos pertenecen.

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